La danza es una forma magnífica de favorecer nuestro crecimiento personal, tanto en aspectos físicos como en aspectos sociales y emocionales. Nos ayuda a conectar con otras personas y otras culturas desarrollando fuertes sinergias.
En los aspectos físicos, la danza fortalece el corazón además de ser una gran aliada para combatir el Alzheimer, el sobrepeso, el colesterol, la osteoporosis o el estrés entre muchas otras afecciones.